jueves, 23 de octubre de 2014

Me dueles, México

Me dueles, México...
Me duele la desaparición de tus jóvenes de Ayotzinapa, me lastima el asesinato de otros a mansalva a manos del ejército en Tlatlaya, me hiere el abuso de las autoridades al no tomar en cuenta y ningunear a los chavos del Instituto Politécnico Nacional, que exigen sus derechos.

Estudiantes politécnicos, en todo su derecho de exigir que no les diluyan sus programas.

Me indigna pensar que no hemos aprendido nada como civilización, que de nada sirvieron los miles de años de civilizaciones precolombinas, los 300 años de colonia española, los 200 años de nación independiente y los más de 100 años de revolución.
Que de nada sirvieron los muertos, los derramamientos de sangre, las guerras que tuvimos que sortear para emerger de ellas como un país de instituciones sólidas y vigentes, que criminales las hayan permeado y que ahora estemos sumidos en una vorágine de violencia, donde el más fuerte es el que prevalece, con la complacencia de las autoridades.


Aguirre y Eruviel: Dos caras de los mismos problemas que enfrentamos: inacción y cerrazón

Pareciera que vamos como los  cangrejos: de reversa. Que en vez de tener un estado de derecho vigente, pareciera que nos encaminamos a la barbarie. Mientras Angel Aguirre asegura que se está investigando y se llegará a los responsables, el tiempo sigue su marcha y después de casi un mes aún no hay nada de información sobre los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa que fueron primeramente detenidos por las autoridades de la ciudad de Iguala y posteriormente, entregados al grupo delicitivo Guerreros Unidos, para su ejecución. Es decir, ¿el contubernio entre las autoridades y la delincuencia para sacarse de encima a posibles oponentes? Se han dicho muchas cosas de los normalistas, que no eran unas blancas palomas etcétera. Pero mi duda entonces es: ¿Y el estado de derecho, apá? La ejecución sumaria de los normalistas no se puede justificar de ningún modo.

El caso Ayotzinapa: 43 desaparecidos, miles exigen saber qué fue de ellos.
En Tlatlaya, otro caso de abuso y brutalidad de las autoridades. Un grupo de personas (presuntamente secuestradores) dormían en una bodega cuando fueron sorprendidos y asesinados a tiros por el Ejército, que afirmó que actuó de esa manera para liberar a tres presuntos secuestrados. La escena del tiroteo fue modificada para que no se pudiera aclarar jamás la verdad de lo ocurrido.
Eruviel Avila, gobernador del Estado de México, también ordenó un rápido esclarecimiento de los hechos, pero al parecer no existe ni la voluntad política ni la disposición de llevar a los verdaderos culpables ante la justicia, mientras que otras 15 personas, entre ellos dos chicos de 17 años y una niña de 15, murieron en el "enfrentamiento". Y entonces... ¿Quién va a responsabilizarse por esos muertos?

Caso Tlatlaya: Crónica de 15 asesinatos a manos de las autoridades.
Todos estos casos tan pegados y tan brutales han provocado la indignación del país. Este miércoles 22, marcharon miles de estudiantes de todas las universidades e integrantes de diferentes organizaciones y hasta artistas participaron, pues no puede ser posible que se pretenda responder a las exigencias de la gente con balas. ¿A qué grado de violencia vamos a llegar? ¿Hasta cuándo vamos a seguir callándonos estos abusos?
Hasta que esas denuncias comiencen a surtir efecto, cuando exijamos a las autoridades que cumplan con su trabajo y hasta que se comiencen a llevar a juicio a los verdaderos culpables, el malestar no se detendrá... y mientras esto ocurre, México, me dueles. Me dueles mucho.