miércoles, 19 de abril de 2017

En la vida como en los negocios... si te cierran la puerta, ¡busca una ventana!...

Esta frase la decía mi abuelita para darme a entender que ante las dificultades que nos presenta la vida, siempre hay que buscar una salida alternativa y nunca darnos por vencido.
Esto viene a colación justamente ahora, cuando Estados Unidos está buscando cambiar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) buscando equilibrar la balanza comercial con Estados Unidos y Canadá, cuando sus empresas han sido las que que se han beneficiado particularmente con ese desbalance.
Esto seguramente generará una atmósfera viciada en el intercambio de mercancías y personas, buscando un beneficio que no existe como tal en la realidad cotidiana y que sí puede afectar mucho a los productores de bienes, servicios y productos en ambos lados de la frontera.
Ante este virtual portazo en la nariz que nos está preparando el gobierno estadounidense a nuestras principales exportaciones, se nos abre la oportunidad de recordar que México tiene tratados y convenios comerciales con muchos otros países y bloques comerciales hacia donde podemos voltear para colocar los productos de calidad que normalmente mandamos cerquita a nuestros vecinos del norte.

El TLCAN, muy útil durante más de 20 años para los tres países,
ahora objeto de "revisiones" revanchistas por parte de EE.UU.

¿Pero... hacia dónde hay que mirar?

América Central y Sudamérica siempre han sido buenos mercados para México y además han presentado un buen desarrollo en los últimos años. En ocasiones, nuestra visión enfocada en Estados Unidos debido a que es nuestro principal socio comercial, nos hizo olvidar y desdeñar a los países latinoamericanos, más afines a nosotros en muchos aspectos e igualmente cercanos en distancia, aunque no nos paguen en dólares.

El mercado que aguarda para tus productos y servicios desde el río Suchiate hasta el Estrecho de Magallanes es mucho más grande que el estadounidense y con mayores posibilidades de desarrollo. Allí tenemos una buena posibilidad...

Del Río Suchiate al Estrecho de Magallanes, un enorme mercado por conquistar...
Ahora bien, después de haber competido con dificultades con China para poder dominar el mercado estadounidense, ahora resultará más beneficioso buscar la colocación de nuestros bienes y servicios en el gigante asiático, que ha buscado diversificar sus exportaciones y tiene una importante presencia en países de Centroamérica y de Sudamérica.
Sin embargo, ¿cómo se pueden hacer negocios con China? aquí les reproduzco algunos consejos que obtuve de Juan Carlos Zamora, un asesor experto que tiene experiencia en impulsar negocios en el país asiático....

1. Para hacer negocios en China hay que ir a China. Hay muchos empresarios mexicanos que hacen negocios vía internet o teléfono, y han tenido muy malas experiencias. Si no está encima de los chinos, vigilándolos, le pueden ver la cara.

Hubo un caso de un importador mexicano de frijol chino que todo lo negoció por internet, pidió varias toneladas del grano, pero cuando fue a la aduana a recibir su producto resultó que los contenedores tenían sólo piedritas. Cuando reclamó a los chinos, le dijeron que enviara de nuevo a China el producto y le devolverían el dinero o le enviarían la mercancía correcta. Por supuesto, no lo hizo, pues el costo de devolver a China los contenedores era enorme y él tenía que pagarlo. Así que no le quedó más remedio que afrontar las pérdidas por ese mal negocio.

Conocí a un mexicano que fue contratado por Coca-Cola, empresa que pidió a una fábrica china paraguas con los logotipos y colores de la marca. El mexicano visitó la fábrica con frecuencia, y cada vez que iba encontraba un problema: los paraguas no eran del modelo solicitado, los tonos de los colores no correspondían a los de Coca-Cola, etcétera. Gracias a que el consultor mexicano estuvo encima de la fábrica, la empresa del refresco de cola obtuvo los paraguas tal cual los pidió.

3. Si lo que desea es poner un negocio en China u ofrecer un servicio, es importantísimo elegir un buen nombre en mandarín por dos razones: la primera, independientemente de que su negocio tenga un nombre en inglés o en español, los trámites ante las autoridades son en chino mandarín; la segunda, un buen nombre en chino será primordial para llegarle al público local.

Sobre este último caso tengo dos ejemplos muy buenos. Cuando Coca-Cola llegó a China buscó un nombre en mandarín cuya pronunciación sonara parecido a "Coca-Cola", pero la empresa sólo reparó en el sonido del nombre, no en su significado. El resultado: la burla de la gente, pues el primer nombre de Coca-Cola significaba algo como "muerde al renacuajo de cera". Poco después, la empresa refresquera rectificó, contrató a un profesional y encontraron juntos un nombre adecuado en chino: 可口可, que suena "ke kou ke le" y significa "Cola deliciosa" o "Cola que da felicidad a la boca".

Otro ejemplo es Carrefour, cuyo nombre chino es 乐福, "jia le fu", que significa "Casa de la alegría y la felicidad" o "Felicidad para la familia".

4. Buscar un socio chino es muy importante, porque los trámites ante las autoridades se facilitan y los impuestos son menores. En cambio, si una persona física o moral quiere abrir un negocio de forma independiente, los impuestos se multiplican, los trámites burocráticos son mayores y el tiempo para la autorización del negocio es más largo.

Eso sí, al tener un socio chino se corre el riesgo de que se robe la idea del negocio, decida retirar su inversión y termine abriendo un negocio similar. Por eso hay que elegir cuidadosamente al socio.

5. Lo mejor para hacer negocios con los chinos es adaptarse a sus costumbres. En China la mayoría de los hombres de negocios no va a sus reuniones de traje y corbata, sino con ropa cómoda, a veces demasiado. Varios consultores me contaron que en muchas ocasiones los chinos acudieron en ropa deportiva o bermudas a las juntas.

Los chinos son prácticos, por eso la mayoría de sus negociaciones las hacen en restaurantes donde consumen mucho licor de arroz. Lo mejor es tomar con ellos y a su ritmo (las borracheras llegan a ser legendarias). Eso demuestra que se les tiene respeto y con eso se puede ganar su confianza.

Si un empresario chino lo invita a comer, acepte. Pruebe todo lo que hay en la mesa o el anfitrión podría sentirse ofendido. Al brindar y chocar las copas, siempre coloque su vaso de licor en un nivel inferior, eso demuestra respeto hacia el empresario chino.

Gracias al gobierno estadounidense, encabezado por su presidente Donald Trump, México debe aprovechar esta enorme oportunidad que le brinda la vida para abrirse al mundo. Aquí les dejo el consejo a mis amigos empresarios. Espero que les sirva mucho.
China, un enorme mercado que vale la pena buscar...




jueves, 16 de febrero de 2017

Un gobierno a las Trumpadas...

Estimados amigos y escasos lectores,
Tras un largo período ausente de este blog, retomo las letras para hacer un análisis sobre el gobierno de Estados Unidos y sus nuevos usos y costumbres.
Para comenzar y sin dármelas de ser un politólogo experto pero desde mi experiencia como inmigrante, debo decir que esta nueva administración estadounidense, encabezada por Donald J. Trump definitivamente ha roto con todos los paradigmas y con la manera de hacer política en Washington, DC.
Su muy particular estilo de querer opinar y componer el mundo a través de las redes sociales, donde como la Chimoltrufia, así como dice una cosa dice otra tenga o no tenga razón, marcó un parteaguas con todos sus predecesores.
Su estilo, muy parecido al bravucón (bully) de escuela nos indica claramente su manera de hacer las cosas, y aunque es terriblemente impredecible, queda claro que mucho de lo que hace y dice está plasmado en sus libros, desde The Art of the Deal  hasta Crippled America. How to Make America Great Again. ¿Su título más sugerente? Think Big and Kick Ass, un título que parece dar claridad a la manera como quiere renegociar el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica.

Así quiere renegociar el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica

Su megalomanía no conoce límites.
Desde su inauguración en el cargo, ha establecido un campo de batalla con la prensa, con el partido de oposición (los demócratas), con el legado de su antecesor Barak Obama, con sus aliados europeos, con el mundo árabe, con sus propios aliados republicanos, con las iglesias, con los inmigrantes...
Y para acabarla, sus asesores no le ayudan nadita.
Por principio de cuentas, su asesor Steve Bannon, inició la guerra mediática al convencer a Trump que la prensa "es el enemigo" y con ello don Donaldo se ha enfrascado en una serie de dimes y diretes con tuits que van desde que los periodistas son "la gente más deshonesta del mundo" y con un cúmulo de mentiras ha tratado de legitimizarse al disputar que ganó el voto popular en las elecciones pasadas debido a que hubo un megafraude electoral, con más de cinco millones de votos de personas muertas o de personas que votaron sin contar con el derecho a hacerlo, en clara referencia a los inmigrantes.
Su portavoz y secretario de prensa, Sean Spicer, también ha querido limitar a los medios de prensa que no son afines al proyecto Trump, lo cual ha generado controversias en cuanto a los límites que quiere imponer este gobierno a los medios de comunicación.
Sean Spicer y las verdades alternativas.
La afirmación de Trump, reiterada por Spicer, que los participantes en la ceremonia de la toma de posesión fueron superiores a los de la primera investidura de su predecesor, Barak Obama, fue la punta de lanza para iniciar una guerra frontal con la prensa, que se ha cansado de denunciarlo y de criticarlo con todo el material que les proporciona... y eso que apenas lleva un mes en el cargo.
Sus afirmaciones que en el primer mes iba a arreglar desde la inmigración ilegal, deportando a los criminales y a los inmigrantes sólo ha generado molestias y temor de la población latina que vive en Estados Unidos y ha acrecentado la clandestinidad de esas personas en momentos en que el país necesita del trabajo y el talento de todos los ciudadanos para cumplir con la promesa hecha a sus seguidores: la de hacer nuevamente grande a Estados Unidos.
Además, su estratega política Kellyanne Conway, ha pasado de asesora a comentarista de lo absurdo, al señalar que no eran mentiras las declaraciones de Spicer sobre el número de participantes en la ceremonia de asunción al cargo, sino verdades alternativas, y más tarde, se convirtió en publicista y porrista de los productos de la hija de Trump, Ivanka, al invitar en una entrevista en televisión nacional al público a salir a comprar artículos de la marca, cuando está estrictamente prohibido hacerlo.

Kellyanne Conway: de asesora a porrista

Gobernando por decreto
Al querer cumplir con todas sus promesas de campaña, muchas de ellas las quiso hacer sin consultar al Congreso y por ello echó mano de las "órdenes ejecutivas", decretos mediante los cuales ordenó la construcción del muro fronterizo de costa a costa con México, una obrita que va a costar la nada despreciable cantidad de 21 mil millones de dólares, y que según él, va a pagar su vecino del sur. Eso ya generó un descontento general y un pleito abierto con su socio estratégico.
Después, se le ocurrió emitir otro decreto mediante el cual suspendía temporalmente el ingreso a Estados Unidos de personas de siete países de mayoría musulmana, dizque para que no ingresaran terroristas y citó la seguridad nacional como motivo para emitir esa orden.
Sin embargo, se le "olvidó" el pequeño detalle que muchos de los afectados ya poseían documentos de residencia legal en el país, y su ocurrencia le generó un par de reveses en los tribunales judiciales. Como agravante, dijo que apelaría la decisión y piensa volver a la carga con un nuevo decreto.

Donald, listo para seguir gobernando a las Trumpadas.

¿Durará en el cargo?
Varios analistas consideran que el gobierno de Trump no durará gran cosa, debido a toda la serie de problemas y escándalos que se han generado a su alrededor, desde su insistencia en apoyar los negocios familiares, que ya le generó una demanda en su contra por conflictos de interés.
Además, su principal asesor en seguridad nacional, Michael Flynn, se vio obligado a dimitir al cargo luego que se filtrara información de que el FBI lo estaba investigando por las relaciones que estableció y mantuvo desde la campaña con el embajador de Rusia, Sergey Kislayak.
Esto dicho, sin mencionar la cercanía que busca establecer Trump con su colega ruso Vladimir Putin, para desencanto y preocupación de sus correligionarios republicanos y con el desagrado y oposición absoluta de sus socios militares europeos de la OTAN.
  Flynn habló con el diplomático varias veces durante los dos meses previos a la llegada al poder de Trump, el 20 de enero, y conversó específicamente con él sobre las sanciones impuestas a Moscú por el entonces presidente Barack Obama por espionaje durante la campaña a la Convención Nacional Demócrata, donde se obtuvo información que fue filtrada a la prensa y que ciertamente favoreció a la elección de Trump.
No se sabe si el ahora ex asesor de Seguridad Nacional le prometió algo específico a los rusos sobre las sanciones pero, según la ley, un ciudadano que no forme parte del gobierno, como entonces era el caso de Flynn, no puede inmiscuirse en política exterior.
Michael Flynn, el escándalo que puede hundir la presidencia de Trump