martes, 24 de marzo de 2009

"...Y todo se lo debo a mi mánager y a la Virgencita de Guadalupe"

Con esas simples palabras, pero claras y contundentes, el hombre que en vida fue conocido como Raúl "Ratón" Macías, dejó de ser un simple mortal para convertirse en un auténtico ídolo de multitudes.
Así comienzo este sentido pero modesto homenaje que quiero brindarle a uno de los personajes más importantes que defineron al ídolo del pueblo en un México tan acostumbrado a ellos en el Siglo XX, y tan carentes de ellos en nuestras épocas.
Macías, un boxeador que nació, creció se nutrió y se hizo en el bravo y populoso barrio de Tepito, cuna de grandes boxeadores mexicanos, quien en primera instancia fue a los gimnasios por acompañar a dos hermanos mayores que también fueron boxeadores y que acabó siendo el primer gran campeón de nuestra época, llegó a paralizar en varias ocasiones todo el país, que se mantenía pendiente a la radio para escuchar las incidencias de sus combates y sus hazañas épicas hacían que ese México soñador y medio provinciano, que ya se nos fue, se convirtió en una personalidad de tal magnetismo y carisma, que el día de hoy,en su ceremonia de homenaje a los pies de la Virgencita de Guadalupe, a quien dedicó todos sus triunfos, nuevamente llenó un recinto tan amplio como lo es la Plaza de Toros México, donde el público llenó las 50 mil localidades hace medio siglo para verlo pelear y llevarse un triunfo ante el estadounidense Nate Brooks.
Fue derrotado por un japonés de cuyo nombre nadie parece acordarse y su retiro temprano del boxeo, a los 28 años, para que su madre no sufriera cada vez que salía a pelear, hicieron crecer su leyenda.
El lunes 23 de marzo del 2009, el popular "Ratón" perdió la pelea más dura de su vida... cayó derrotado por el cáncer, que lo minó y lo acabó como aquellos agotadores combates a más de 15 asaltos.
El martes 24, una multitud lo recibió en la Basílica de Guadalupe para darle el último adiós, y todos los que alguna vez tuvimos la dicha de conocerlo podemos atestiguar que fue un buen hombre, una personalidad sin igual, uno de los más grandes ídolos de nuestro tiempo y toda una leyenda.
Entre las personas que lo despidieron estuvieron sus amigos, su familia, otros boxeadores y muchísima gente del pueblo, que lo recordaron como un hombre limpio, que no bebió, ni se metió drogas, ni estuvo en escándalos para llegar a convertirse en ídolo.

"Ratón" Macías: Todo se lo debo a mi mánager y a la Virgencita de Guadalupe
Sin embargo, hubo otros grandes campeones legendarios que también llegaron a convertirse en verdaderos ídolos del pueblo mexicano.
Tal es el caso del también desaparecido Luis Villanueva Páramo, mejor conocido como Kid Azteca, otro ilustre boxeador tepiteño, quien ganó el campeonato nacional Welter y peleó más de 100 combates en el terreno profesional. Su fama y su carrera se extendieron durante tres décadas.

Kid Azteca, todo un ídolo de varias décadas
Ya más recientemente, otros púgiles tomaron la estafeta y en la década de los setenta México contaba al menos con dos grandes ídolos: Uno de ellos, que peleaba por México a pesar de que había nacido en Cuba, y el otro, surgido también de otro barrio bravo, el de Bondojito.
José Angel "Mantequilla" Nápoles, apodado así por su estilo escurridizo y elusivo, también poseía una buena pegada.
Sus grandes habilidades de boxeo las había adquirido en Cuba, su país de origen, pero al triunfar la Revolución Cubana y luego que el presidente Fidel Castro prohibió el deporte profesional en la isla, "Mantequilla" se mudó a México, donde fue bien recibido y el país que le brindó asilo y protección pronto tuvo a un boxeador que obtuvo grandes victorias en los cuadriláteros.
Durante años fue el campeón reinante de la división de los welter e incluso intentó retar a otro grande de los grandes: al argentino Carlos Monzón, por el campeonato de peso medio del argentino, pero fue una mala idea: fue vapuleado por "Escopeta" y fue el único combate que efectuó en esa división.
Tras su derrota por sufrir cortes en las cejas, decidió retirarse, y tras una serie de malos negocios, hace poco se informó que estaba en la miseria. Algunos ex boxeadores y organizaciones como el Consejo Mundial de Boxeo le han brindado ayuda.


"Mantequilla" Nápoles: Mexicano por adopción, guerrero por naturaleza
Otro gran ídolo del pueblo fue Rubén ¨Púas" Olivares. Nacido en el barrio pobre de la Bondojito, en la capital mexicana, demostró ser un púgil de gran potencia en la pegada y un aguante proverbial. Cuando parecía tener todo perdido en sus combates, Olivares solía recuperarse rápidamente para levantarse y terminaba por ganar por nocáut.
Fue considerado por muchos el mejor campeón gallo de todos los tiempos, y hasta la llegada de Julio César Chávez, era considerado el campeón más grande que había dado México.
Sin embargo, sus constantes escándalos, su vida disipada, sus enfrentamientos con la justicia y su participación en asuntos como la política con una candidatura fracasada y sus participaciones en películas y un paso breve por la cárcel hicieron que sus bonos como un campeón limpio se devaluaran. Sin embargo, el cariño del público en general por él sigue siendo enorme.

El Púas Olivares, de boxeador al Rey del Barrio
De Julio César Chávez mucho se ha escrito, mucho se ha hablado, más se ha conjeturado y muchas cosas se han mencionado sobre él, sobre sus escándalos por presuntas amistades relacionadas con el narcotráfico, sus aventuras extramaritales con artistas de telenovelas, sus amigotes que lo sacaban de los entrenamientos, etcétera.
Sin embargo, su calidad de gran fajador, su mortal gancho al hígado y su legendaria victoria sobre Héctor "Macho" Camacho, sobre Meldrick Taylor y sobre otros grandes boxeadores lo han colocado como un gran ídolo, ayudado quizás en esta época por los medios de comunicación, por la televisión y la película homenaje que le hiciera Diego Luna.
Es considerado como el boxeador más grande de todos los tiempos, llegando a acumular más de 100 victorias como profesional. Ahora, habrá que ver cual de sus hijos toma la estafeta de gran campeón, pues tanto Julio César Chávez hijo como Omar Chávez tienen el apoyo de su padre, los consejos de su esquina y la expectativa de un público mexicano ávido de un campeón con tan ilustre apellido.

JC Chávez, el gran campeón mexicano
Y colorín colorado. Esperemos que en la otra vida nos reencontremos de nuevo con el gran Ratón, quien fue además una persona sencilla pues nunca quiso el crédito para él en sus combates. Sólo perdió dos peleas, pero su bonhomía, su trato preferencial para todas las personas, su gentileza y su caballerosidad lo hicieron el gran ídolo. Ojalá que los próximos campeones recuerden esta sencillez, y también la practiquen.

"Ratón" Macías, un estupendo boxeador, mejor persona y leyenda que vivirá por siempre

1 comentario:

Mafalda dijo...

mi papi lo admiraba mucho.. sabes tengo dias con una nota para el señor por que pues obviamente em entre de la noticia por los periodicos..pero no se.. no quiero ser trivial y yo solo lo conoci por lo que mi padre palticaba de él como persona y pugilista...

Saludos amigo.. mando besos!